martes, 19 de marzo de 2013

Día 31: Hang over Monday

Good evening, my friends,

ayer tocó día de resaca, cuerpo cansado y pocas ganas, pero no entraba en lunch en la comida y sólo había pan para un día, así que había que salir, sí o también. 

Los compañeros propusieron una visita al National Botanic Gardens, así que empecé mi Mode GPS On y a buscar rutas, como ir, y demás. Todavía tengo que ver la manera de hacer enlaces de buses sin tener que pasar siempre por el centro, pero poco a poco, ya vamos conociendo nuevas líneas.
El Espíritu de Saint Patrick
sigue en la ciudad.
Llegamos a la hora de comer, en España, porque aquí, a esas horas la gente ya habría más que comido. Tuvimos mucha suerte, porque un irish nos dijo dónde nos teníamos que bajar, seguro que nos la hubiésemos pasado. Y es que habló la voz en off del autobús diciendo algo, y por la cara de susto que puse, porque no entendí nada, el buen hombre se apiadó de mí y me preguntó dónde iba. 
El jardín botánico es impresionante, y está justo al lado de un cementerio,con historia y con visitas guiadas, pero ayer estaba cerrado. Llegamos allí y nuestros amigos ya estaban dentro, así que salieron a buscarnos. Digo dentro, porque hay unos enormes invernaderos y estaban visitando uno de ellos. Dimos una vuelta por el jardín, había muchas familias con niños pequeños, y es que aquí los niños son muy importantes y en los festivos están siempre aprovechando para salir con ellos. 

Lo que más impresiona son las esculturas que te encuentras por aquí y por allá, por lo menos a mí. Fue un paseo relajado, and anything else.

Cuando terminamos decidimos buscar un sitio donde comer, acabando en una hamburguesería chusquera, por el camino se nos unieron dos compis más. Y como era bastante tardecito ya, enviamos un mensaje a nuestra host-family de que llegaríamos tarde a cenar. Así que tras el almuerzo y under the rain, deshicimos el camino andado y fuimos al cementerio que hay junto al Botanical Gardens, el Cementerio de Glasnevin, que es el cementerio católico de Dublín y el que espero visitar con más detenimiento, más que nada porque al lado hay un pub, la mar de auténtico, muy irish, en el que nos dijeron que se bebe la mejor Guinness de Dublín, y allá que fuimos a probarla, cómo no. La conversación, siempre que nos juntamos más de dos se dirige a dos temas fundamentales, la comida y lo escatológico, esta vez, los inodoros en Dublín y cómo echan el agua, que no va en círculos, para no dejaros con la duda.
Y con esto y un bizcocho, de vuelta a casita, a escribir entradas de blog atrasadas, a comer en la isla de la cocina y a descansar que ya tocaba.
See you around!









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