domingo, 31 de marzo de 2013

Día 44: Wet Easter Weekend in Cork. (II) Sunday.

No lo hagáis bajo la lluvia.
El segundo día amaneció con la hora cambiada, menos mal que nos acordamos, aún así... no nos fijamos en el horario del desayuno del hostel y bajamos tarde. (Las cosas del directo). Finalmente, con necesidad absoluta de cafeína en vena, y de algo en el estómago. Decidimos buscar otro sitio donde desayunar. Pero antes... había que empacar y hacer el check out. Dejamos las maletas en una taquilla y más tarde que temprano salimos a explorar Cork, primero en busca de un desayuno y después, de lo mejor de la ciudad.

Nada más salir, nos dimos cuenta de algo importante: LA VISITA SER HARÍA BAJO LA LLUVIA, y no sería una lluvia al estilo Dublín, sino que sería una lluvia constante y bastante abundante (acostumbrada ya a la de la capital, no me molesté en llevar el paraguas, craso error).

El desayuno, al fin.
Entramos en el primer bar-pub que seguía sirviendo desayunos, justo en la esquina de la calle por la que veníamos. La verdad es que tanto el pub como la comida no parecía mala, pero los precios privativos y el contenido del irish breakfast, nos hizo a algunos (Antonio, Laura y yo) decantarnos sólo por un café. La verdad sea dicha, el camarero estaba "atontao", o era muy listo, y nos cobró a cada uno lo que le dio la gana. Allí se nos unió Pili, que se había quedado durmiendo un rato más en el Hostel, y es que la pobre no había dormido en dos días (recordad que el viernes celebró su cumpleaños).

Itinerario
Bajo la lluvia empezamos a recorrer un itinerario planificado durante el breakfast para poder ver lo máximo posible en el tiempo que teníamos antes de volver a Dublín, pero no contamos con tres cosas: la lluvia, el paso al que caminamos y... que los domingos cierra TODO en Cork. Así que fue más bien una visita panorámica bajo la lluvia.

Catedral
La imagen del día (en la
sede del Sinn Féin)
Vimos la catedral, alguna que otra iglesia, museos, edificios gubernamentales (salvo el ayuntamiento, que lo habíamos dejado para el final y ya se nos habían quitado las ganas). Vimos una sede del Sinn Féin y nos mojamos, nos mojamos mucho. Así que agotados, chorreando y algo desencantados decidimos almorzar y volvernos en el próximo autobús a Dublín, que sería el de las 16:00 horas. 

En la estación pude empatar en el reto que tengo con Adela (ese tendrá entrada especial al final de mi estancia en Dublín). El autobús tardó mucho menos en llegar a Dublín, sólo tres horas y media, en las que aproveché para dormir también, ya que iba casi vacío y tuve dos asientos para mí solita. 

Mi recuerdo de Cork.
Nada más entrar a Dublín mi modo GPS se activó y empecé a encontrar sitios de los que sólo había oído hablar o visto por fotografía, es emocionante situarte y situar sitios, por lo menos para mí. Una vez en Dublín descubrimos que allí no había llovido, pero parece que sí helado un poco. Además todo empezó a sonreírnos de nuevo, ya que el primer autobús que llegó a la parada era el que nosotras queríamos coger. En nada de tiempo estuve en casa, en el barrio y descansando de la gran decepción que supuso para mí, mi fin de semana en Cork.

PD: No ha sido terrible, pero sí algo decepcionante.

2 comentarios:

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