lunes, 4 de marzo de 2013

Días 15-16-17: De Malahide a trabajar, pasando por la "gripe española".

Muy buenas señores, 

voy a empezar con la letra de una de mis canciones favoritas:

"Con los brazos de la fiebre que aún abarcan mi frente lo he pensado mejor y desataré las serpientes de la vanidad. 

El paraíso es escuchar, el miedo es un ladrón, al que no guardo rencor, y el dolor es un ensayo de la muerte.
En la piel de una gota mis alas volvieron rotas. Y entre otras cosas ya no escriben con tinta de luz.
El paraíso deviene en infierno y luego se quema. Y sin que nadie se mueva, ¿quien lo arregla?
Gestado en mis escombros de pastoso paladar, el disparate del caos me derrotó con palabras de alabanza.
En la piel de una gota mis alas volvieron rotas y, entre otras cosas, ya no escriben con tinta de luz.

El paraíso deviene en infierno y luego se quema. Y sin que nadie se mueva, ¿quien lo arregla?" HS.

Bueno, ya cambio el chip, que esto no es lo que queréis leer, pero esta canción me viene a la mente siempre que tengo fiebre, sobretodo si hay mucho que arreglar a mi alrededor. 

El decimoquinto día decidimos probar suerte en el mercado semanal de una localidad cercana (todavía no tengo claro si es barrio o pueblo), Malahide, que está en la costa al norte del Centro de Dublín, 20 minutos en el DART. Menos para nosotros, teniendo en cuenta que estamos en la zona norte y el DART lo cogemos en el barrio.

Para empezar, decidimos irnos un rato antes, para poder ver el castillo, además del market, porque nuestros compañeros ya lo habían visto. Así que allí que nos fuimos María, José María, Muñeco y yo (Jon y Alex se quedaron en casa redactando uno de los montones de correos protestan que han debido de recibir estos días los organizadores de la beca, pero esto es otro cantar, y creo que mañana os lo contaré con más detalle). The Castle está casi al lado de la estación del DART, y es un amplio recinto con un parque, bosque, el castillo, una ruinosa abadía, una tienda, y pistas para hacer todo tipo de raros deportes, incluído el rugbi. Fotos van, fotos vienen, nos encontramos un par de huevos más y una tienda estupenda (creo que ya sé dónde compraré souvenirs), en la que además de los regalitos típicos puedes adquirir, por un precio considerable (bueno, aquí todo tiene un precio considerable), productos típicos del lugar, ropa, cerámica, comida, (y de no tan lugar, también). Hay que decir, que es la primera vez que me ha parecido apetecible la comida irlandesa, I'll come back.

The Castle, in the pictures, seems bigger than how it is. Pero es muy bonito, por fuera, todo hay que decirlo, porque si queréis verlo por dentro tenéis que pagar 12 euros por la visita guiada. 

Otra cosa a tener en cuenta, en Malahide se encuentran las primeras señales indicativas de cualquier cosa que hemos visto desde que llegamos a Irlanda. Pero también escasean de pasos de peatones (entre que no los hay y que aquí conducen por the other side, el día menos pesado ocurre una desgracia). Bueno, entre llamadas y whatsapps anduvo el juego, y poco a poco the peopel was joining us. Primero Fernando y después los demás (esta vez fuimos muchos, como para nombraros a todos). 

También en Malahide vimos la primera papelería, (aquí el papel escasea y es muy caro, ni os voy a mencionar el precio de una triste libreta). Y seguimos las indicaciones de MARKET, en folios pegados en la pared con una gran flecha roja debajo (algo que se agradece). Eran ya más de las dos y estábamos deseando comer (nuestro estómago ya se ha hecho al irish timetable), comimos de pie, en la puerta del market, que no era otra cosa que la planta baja de un edificio (suponemos público), y en el que cualquier hippy de los nuestros hubiese hecho su agosto, porque eso es lo que había, varios tristes puestos con mercancía hippy pero gestionado por señoras. 

En la Marina de Malahide
Be water, my friend!
Nuestro gozo en un pozo, cogimos dirección a la playa y, por fín, encontramos la primera playa con arena hasta el momento. Incluso le hice fotos a un montón de barquitos. And the water, my friends, very very cold. (Como buena cataollas mentí la mano, ilusa de mí, que ya iba medio tocada).

Paseamos un buen rato y a la vuelta tomamos un café (2,8-2,6 €, dependiendo del tipo) y de vuelta a casa. Casi lo olvido, no veas el panorama, porque parece ser que nuestros bonos de transporte caducaban ese día, o el del algunos, y en el tren les hicieron pasar un mal rato (de recuerdo se llevan una multa y el miedo a ser deportados), así que a la vuelta en bus, un largo y divertido recorrido que nos llevó a ver qué hay más al norte de nuestra querida Artane's Roundabout. 

Ya en casa, planeando lo que haríamos después (pensaba que sería mi primera gran marcha en Dublín) me di cuenta, ante el mi estupendo plato de chili con carne, que no estaba el cuerpo para festivales, así que decidí quedarme durmiendo, e hice bien, porque tenía fiebre y ni siquiera tenía fuerzas para escribir la entrada del blog.

El día 16, domingo (por si hay algún despistado, no me refiero a 16 de mes, sino de días que llevo aquí), lo pasé básicamente en cama, "en los brazos de la fiebre", viendo series (en inglés, lo cual me ha venido muy bien, porque hoy no se me ha escapado casi nada, pero eso es otra historia). Lo peor del día, además de lo malita que estaba, pues que hacía un día más que estupendo, sol brillante, buena temperatura... en fín, que con la fiebre que tenía yo calenté el ambiente por aquí, jejeje. Ese día me dieron en lunch (like always, a sandwich) y luego la cena, que parecía merluza rebozada, pero que resultó ser pollo (what a surprise!). Tampoco estaba como para escribir aquí. 

Esto es lo que le pasa al bonobús dentro
de la máquina cuando se acaba el chollo. 
Día 17, first day at work, me he levantado más tarde que ningún día, porque me había duchado anoche y porque entro más tarde que a la academia y el bus no tiene que ir al sur del río Liffey. Así que con tranquilidad, he hecho mis tareas matutinas (vestirme, breakfast, lunch, bed, bus). He llegado al trabajo mucho antes de la hora (bastante temerosa de no ir bien arreglada). Pero como estaba esperando en la puerta he podido observar cómo entraban varias decenas de trabajadores (sí, decenas, es la agencia de viajes más grande que he visto nunca) con ropa de lo más variopinta. Cuando ya han abierto las puertas, Pilar y yo hemos entrado (Pilar es una compañera hercúlea, como yo, que va a otro departamento) y hemos intentado hacernos entender. He de decir que sabía bien lo que tenía que decir, pero no podía, estaba literalmente sin voz. Porque sí, señores, sigo más que resfriada y con fiebre, ahora todo ha ido a peor, aunque la fiebre me ha dejado tranquila durante el día). 

Mucho que decir del trabajo:
1. ¡Cuánta gente! - How many people!
2. Parece un bar - It looks like a bar.
3. ¿A qué demonios huele? - What the hell is that smell?
4. Con el miedo que me dan las escaleras de caracol y aquí hay dos - Perdonad que no traduzca eso.
5. Los irlandeses no han visto un plumero, ni un paño, ni una fregona... - Irish people haven't seen a feather duster, not even a rag or a mop...
6. ¡Cuánto trabajo! - How many work! (Por lo menos en mi caso, que Pili puede contar otra cosa). Por cierto, he estado tramitando visados de estudiante para USA.

En fin , que ha estado bien, no por mi mal cuerpo y la cantidad de pañuelos que he gastado, sino porque lo he entendido todo, he estado trabajando todas las horas, trabajo en el centro, puedo vestir como quiera, en fin, que he sido muy afortunada (We'll see if we continue thinking like this). 

Hoy el día ha estado muy frío, nebuloso, como si quisiera echar a llover y estuviese flojeando. Además el bus iba más que lleno, así que la vuelta ha sido larga y mi cuerpo ya empezaba a notar que me subía la temperatura. He llegado a casa, me he duchado y he cenado (spaguetti carbonara). Después, lo de siempre, la familia y este rinconcito, y deseando acabar que tengo el cuerpo y la mente off. 

Hasta mañana. 

PD: Mañana os hablaré de las idas y venidas que estamos teniendo con Junta de Andalucía e Intermediarios Varios para la beca. Os adelanto, que por mi parte ni idas ni venidas, porque sigo sin noticias de nadie.

PD2: Lo de la gripe española va por el nombre que le pusieron a la peste negra, y que como lo mío se convierta en flu, voy a contagiar, una casa, más de un autobús, y a toda una empresa, jejejeje - risa malvada, si hasta me he frotado las manos.

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